
La poca falta de atención de sus
padres hacia su persona la habían vuelto una adolescente corrosiva, que poco a
poco se desprendía más de la imagen de niña buena que toda adolescente posee
por el simple hecho de ser adolescente. Su cabello era castaño oscuro, su
cuerpo era muy delgado, pero esbelto, era la chica con la que cualquier chico
soñaba. Lastimosamente,
ella aborrecía a la gran mayoría de chicos; pero no era
lesbiana. No pertenecía a esa nueva camada de adolescentes que después de haber
estado con decenas de chicos se
declaraba lesbiana al mundo. De esas chicas que si pudiesen colgarían pancartas
en todos los edificios de la ciudad para que el mundo las acepte. Hablamos
obviamente, de las lesbianas por moda. Una de las cosas que Ana Malena
detestaba era a este tipo de chicas que llevaban un arcoíris en los ojos mas no llevaban el verdadero arcoíris dentro.
Era una chica conocida por muchos y odiada por bastantes, querída por muchas y
aborrecida por ciertas otras chicas que envidiaban su manera de ser.
Mientras las semanas transcurrían, Ana Malena
se sentía más y más vacía. Sus padres habían dejado el país por motivo de negocios
y la casa estaba a su entera disposición. Fue en este lapso en que conocio a Matias, un
chico llamativo con diversos piercings y onda punk pero muy amigable. Una chica
vacia había encontrado a un chico que quizás le pudiese llenar su vacio
emocional, bueno, hasta el momento en
que de los ojos se le borrase el arcoíris.
Eres de huelva ?
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